lunes, 30 de diciembre de 2013

Otra foto más.

Mis abuelos tienen en el salón de su casa un mueble sobre el cual van poniendo las fotos de las personas que ya no están con nosotros. Es como su pequeño altar para recordarlos y que no se pierdan en el olvido, para saber que un día estuvieron con nosotros, compartimos momentos y experiencias con ellos. 

Me duele ver cómo han tenido que añadir una foto más. 

viernes, 27 de diciembre de 2013

La consulta.

-¿Se puede?

-Adelante.

-He vuelto.

-Ya veo. Ponte cómodo. ¿Qué tal te va todo?

-Pst… Igual.

-¿Igual? … ¿Qué pasó con aquel chico?

-¿Cuál chico?

-El último.

-¿El último? Pues creo que el que tú crees que es el último, ahora mismo no lo es. Es más, hay una larga lista…

-Entonces no está todo tal y como lo dejé.

-Cierto. Tengo que ponerte al día.

-Adelante.

-No, no es el momento.

-Como quieras.

-Vengo a hablarte del nuevo último.

-¿Y para eso sí es el momento?

-Sí, creo que sí.

-Pues yo creo que debería saber lo que viene antes para poder entender lo que pasa ahora.

-No tiene nada que ver el pasado con el presente.

-¿Eso crees? Yo no creo lo mismo.

-No quería decir eso, quería decir que se puede entender esta última historia sin contar nada de lo anterior.

-Pues yo creo que debería saber antes lo anterior para poder comprender por qué actúas como estás actuando en el presente; Los actos del ayer repercuten en el hoy.

-Pero no considero que sea el momento más oportuno.

-Entonces vuelve cuando sea el momento, sabes que estoy a tu disposición las veces que quieras, que no tengo horarios ni más gente a la que atender.

-¿Y no puedes escuchar mi problema? Es el que me aflige ahora.

-¿Y no podrías haber ido poniéndome al día? ¿Y no podrías haber acudido antes a mí? Claro, vienes ahora cuando estás de mierda hasta el cuello y piensas que te lo voy a solucionar todo.

-Tampoco es para ponerse así.

-¿Desde cuándo no acudes a mí? ¿Desde cuándo no sé nada de ti?

-Pues… Te he ido contando cosas…

-¡Pero no todas ni las necesarias! Así no te puedo ayudar, lo siento.

-Pero…

-¿Por qué has vuelto?

-Porque… Me vuelvo a encontrar como antes.

-Solo, ¿Verdad?

-Bueno… Puede ser.

-¿Y crees que tienes que volver a sentirte solo para venir a contarme las cosas?

-No lo sé. De verdad, no lo sé. Ahora mismo me siento estúpido.

-Has descubierto tu fallo; te cuesta ir contándome según te vaya pasando, y después regresas con una gran acumulación. Te vas callando las cosas, dejándolas para ti mismo, creyendo que puedes con todo, y no sabes que no puedes con ese peso.

-No me gusta contar todos mis problemas, me siento indefenso.

-¿Sabes? Se cuenta que cada persona comienza la vida con una mochila vacía, y cada problema, es una piedrecita que se mete dentro de esa mochila. La única forma de vaciarla, es contando tus problemas y no dejándolos para ti, dejando que te ayuden. Así tienes un peso menos. ¿Cuántas piedrecitas llevas ya acumuladas desde la última vez?

-…Tienes razón, creo que ése es mi mayor problema.


-No, la razón la tienes tú, yo no soy más que una parte de ti, escucharte a ti mismo de vez en cuando no te viene nada mal.